Nos volcamos en la comunicación interna, confiando en que la clave reside en la manera de involucrar y motivar a los empleados; en la comunicación externa, ayudando a explicar la nueva situación a los clientes o acompañándoles durante este tiempo de confinamiento a través de redes sociales o de otros mecanismos; en las relaciones con la administración, fomentando un diálogo que hoy es más importante que nunca cuando la toma de decisiones exige rapidez e incluso, a veces, con el desconocimiento de los sectores; y en la reputación, la responsabilidad social corporativa y la vigilancia, practicando una escucha intensamente activa para conocer qué dicen de nosotros, no superficialmente, sino en lo profundo, toda la parte de investigación social.

Este ha sido el punto de inflexión en el que las marcas han tenido que decidir cómo quieren que se las recuerde cuando acabe la crisis. Volcarnos con los clientes nos ha supuesto alcanzar un elevado grado de fidelización en este momento y también poder sumarnos a nuevos proyectos que necesitaban de un equipo muy multidisciplinar, a veces en diferentes países, como es nuestro caso.